jueves, 14 de marzo de 2013

El Arte Mesoamericano


En conmemoración del 170 aniversario del Colegio Preparatorio de Xalapa cuna de la cultura, el arte y conocimiento; así como la casa de grandes mentes y desarrollos a lo largo de generaciones. Aquí conoceremos no solo la historia de esta histórica escuela, reforzaremos aquellas raíces que conforman nuestro entorno. También el rastro que nuestros antepasados han dejado: Hoy en día tenemos testimonios de su cultura y su grandeza, a través de las ruinas de ciudades ancestrales que poco a poco nos han ido revelando los secretos mejor guardados.


Porque arte tiene muchos significados, propósitos y misiones…. Bienvenidos


El arte mesoamericano, una vista al pasado.

En los tiempos de la conquista española, el soberano azteca Moctezuma II llevaba listas que registraban los atributos pagados por regiones muy alejadas hacia el norte y el sur desde los límites del norte bárbaro, hasta Guatemala moderna. Si extendemos dichos limites a lo largo de sus respectivos grados de latitud, entre los 14° y 21° al norte, estamos delineando a Mesoamérica, región cultural unificada por el uso del calendario ritual de 360 días y cuna de las más altas civilizaciones, durante más de 3000 años, desde 1500 a.C. hasta la llegada de los españoles.
Mesoamérica es un área de gran diversidad climática y topográfica.
El tributo rendido a Moctezuma II abarca desde jaguares, hasta águilas, desde las plumas de aves exóticas hasta en tesoro y jade, todas materias y recursos procedentes de zonas ecológicas sumamente variadas.
La mayoría de las civilizaciones de la antigua Mesoamérica se situaban en las tierras altas o las bajas, aunque los mayas poblaron ambas.
La civilización más temprana son los Olmecas que surgieron a orillas de los ríos en el litoral tropical del Golfo.
La mayor parte del desarrollo maya  también tuvo lugar en las tierras bajas, en condiciones tropicales que comprendían desde las selvas con lluvias constantes, hasta el monte bajo de Yucatán, Chiapas, Guatemala y Belice.


El primer hombre llego al Nuevo Mundo hace unos 20 o 30 mil años.




Algunos pueblos probablemente penetran en los límites de Mesoamérica 10 000 años más tarde. Mucho antes que surgiera una gran civilización, el hombre había domesticado el maíz, el frijol, la calabaza, el jitomate y el chile.


Su cultura comenzó a desarrollarse. Un tema importante en Mesoamérica son las escenas de sacrificios, Existen varios tipos pero la más  común es cuando la víctima se colocaba sobre la piedra de sacrificios. Cada extremidad de su cuerpo y cabeza eran sujetadas por sacerdotes, mientras que otro extraía su corazón para ofrendarlo a Dios. Estos sacrificios eran importantes en la región ya que los mexicas se congraciaban con Huitzilopochtli y así aseguraban el movimientos del sol en el cielo, lo que les proporcionaba todas las riquezas que tenían a su alrededor. Sabemos actualmente de esto, porque existen muchas representaciones de estos ritos, en códices y estelas, así daban registro de lo ocurrido.

EL TEMPLO MAYOR

Los descubrimientos arqueológicos del templo mayor, han roto silencios de siglos, al recobrar para el México de hoy los vestigios de la antigua civilización de los Mexicas.

Las recientes excavaciones le han dado una nueva vida a la conciencia cultural de nuestro pueblo.

Por la importancia que este centro religioso tenía entre los mexicas era de esperarse la existencia de una excepcional abundancia de tesoros, de ofrendas, de objetos y de riqueza artística.

Las más antiguas representaciones del templo mayor se encuentran en varios códices, libros de Náhuatl, transcritos mediante el alfabeto latino.

Los vestigios de las estructuras edificadas a través del tiempo, quedaron superpuestos junto con extraordinarias esculturas, bajo relieves, pinturas y toda suerte de ofrendas.

Es probable que la construcción del templo mayor, se iniciara con el primer soberano Mexica, Acamapichtli (1376-1396) y la concluyeron su sucesor Huitzihuitl (1396-1416)

OLMECAS
Hacia 1500 a.C. una densa población y eficaces técnicos agrarios dieron origen en la costa del Golfo a esta importante civilización.

Erigieron centros de población importantes a lo largo de las fértiles tierras bajas, atravesadas por abundantes ríos, de lo que hoy son Veracruz y Tabasco.

El arte y la arquitectura de los centros ceremoniales muestran claramente que la estratificación social había avanzado lo suficiente para que se pusiera un significativo énfasis en la conmemoración monumental de ciertos individuos, señaladamente en forma de cabezas gigantes.

Es posible presumir que muchos elementos importantes del arte y arquitectura mesoamericana sean origen de los Olmecas: la construcción de pirámides, el arte de retratos y la fabricación de espejos.

Uno de los primeros objetos Olmecas de importancia que llamaría la atención en los tiempos modernos fue el Hacha de Kunz que está hecha de un precioso jade traslucido verde azuloso.

En el año 900 a.C. nos 300 años después de la fundación de San Lorenzo unas esculturas monumentales fueron enterradas en forma sistemática a lo largo del arrugado perfil de la construcción de tierra y muchas de sus obras soberbias encontraron una muerte ritual.

Entre las antiguas esculturas Olmecas que recibieron este trato hay obras magistrales que representan a los personajes humanos y a las deidades

Hasta la fecha se han encontrado 10 cabezas gigantes en San Lorenzo.
Cabe destacar, que a pesar de que fueron civilizaciones, que destacaron de manera impactante a quienes trataron de conquistarlas, muchos de los registros se perdieron con la conquista española, sin embargo, conservamos aún, parte importante de sus más grandes obras arquitectónicas, de cerámica, de piedras preciosas, etc. Arte que se rescatará y seguirá cultivando, hasta nuestros días.


Arte mesoamericano, hoy en día

El arte popular mexicano se reafirma día a día como un valor indispensable de nuestra cultura, no sólo de manera clásica artesanal, también con artistas contemporáneos que nos hablan de su historia con formas, colores, lenguaje y materia.

Nuestros artesanos mexicanos, de aguda percepción y profundo sentimiento estético, realizan sus trabajos manuales con técnica y calma, sus manos, con dotes naturales, les permiten trasformar la materia más simple en auténticas obras de arte. Desde su origen, el arte popular ha estado vinculado con el espíritu ritual de nuestro pueblo que en palabras del escritor mexicano Octavio Paz, beneficia nuestra imaginación, tanto como a nuestra sensibilidad; siempre afinadas y despiertas.

A finales del siglo XX, el arte popular mexicano, a pesar de los desplomes del mercado y a la falta de promoción, sigue deslumbrándonos con su poder de fantasía y representación de una cultura ancestral.


Color y Forma



El hombre animó a la materia en más de un sentido, la llevó más allá de su naturaleza, la trasformó. Así nació el hombre creador, comenzando por imitar la realidad que lo rodeaba y acabó por inventar otras realidades al copiar también su mundo interior: el de su soledad, penas, alegrías, sueños y pesadillas. Los objetos que trasformaron sus manos, están llenos de historia, con propósitos utilitarios, simbólicos y artísticos.

Cuando empezó a dominar el color, se dio cuenta que podía incorporarlos a sus vestidos, a los muros de sus cuevas, a sus muebles, vasijas, esculturas, imágenes, objetos religiosos, los papiros, los papeles, lienzos y con ellos las formas multiplicaron al infinito su abanico de belleza.

El nacimiento y desarrollo de cada artesanía del mundo, sus formas, sus colores, fueron determinados por la riqueza o la pobreza del medio ambiente, y el caso de las mexicanas no es excepción, pues es producto de un proceso de mestizaje, no sólo largo y complejo, prodigioso también.

El arte es la trasformación de la materia, el ser humano toma lo que necesitas de la diversidad del mundo para dar forma a lo que inventa su imaginación ilimitada.

Cada artista le imprime su marca, reúnen lo más antiguo y lo más nuevo, lo más autóctono y lo más extranjero, al hacer de sus obras parte de nuestro entorno y nuestra cotidianidad, haciendo de lo ajeno algo propio, incorporándose a la riqueza cultural de la región y del país.

No hay pueblo sin arte, ya que no existen grupos humanos que no sean capaces de crear obras admirables.

La pintura moderna nace en buena parte del encuentro europeo, a principios del siglo, con los productos de la imaginación africana. En México los retablos y los grabados populares alimentan el muralismo.

La llamada alta cultura y la cultura popular se enriquecen mutua y constantemente. Existe el artesano que emplea meses y meses en terminar una obra que no firmará ni volverá a ver cuando se desprenda de ella a cambio de un pago mínimo, en cambio, los pintores, con grandes exposiciones y libros hacen una obra artística al día que venden en miles de millones de dólares.

El barro
Es una de las materias más primordiales y de producción más original en todos los pueblos y culturas. Es un medio de expresión del alfarero que moldea en una figura. En sentido religioso, es usado para simbolizar la relación de Dios con la creación del hombre, que lo formó del polvo de la tierra y alentó en él el soplo de vida; la naturaleza imita al arte y el arte imita a la naturaleza. Tiene como utilidad, embellecer lo cotidiano.
El bejuco, carrizo, palma, paja

Existe en México muchos géneros de la planta trepadora que designamos con el nombre común de bejuco. Sus tallos leñosos sirven para techar cabañas a todo lo largo del territorio nacional. También se emplean para hacer cordeles y en remedios populares. Uno de los innumerables usos del carrizo se encuentra en Tlacotalpan para atrapar tortugas. Indígenas y campesinos lo han utilizado en la construcción de sus habitaciones, así como para hacer escobas y cestas. Algunas son tan bellas y célebres como las del carrizo, entretejido y entintado que se hace en San Mateo. A la extrema pobreza responde un arte que hoy llamaríamos minimalista. Con los más simples materiales se logran trabajos de delicada belleza. En Veracruz se decoran con fibra de palma, con plumas y listones, los sombreros ceremoniales para la fiesta del volador de Papantla.
Cera

El trabajo de los artistas de la cera, por ejemplo en el estado de Morelos, es producir cirios y velones decorados; perfecciones efímeras que se derretirán bajo el fuego, para cumplir la función espiritual del humo, que en todas las culturas que preservan las creencias de su cultura, consisten en elevar la plegarias y lamentaciones de aquí abajo a las divinidades de allá arriba.

Lana
En la era de la cultura de masas y las comunicaciones instantáneas, los artistas populares siguen transformando en cosa propia lo que llega de afuera. Una muestra de sus capacidades de asimilación, apropiación y transformación es la manera en que desde un principio mexicanizaron, por así decirlo, la lana. Sarapes, cobijas, rebozos, tapices, tapetes y bordados  como los que se elaboran en el Estado de México, Tlaxcala, Guerrero y Querétaro, están a la altura de lo que se teje en oriente siguiendo tradiciones milenarias.
Mármol y granito

País de montañas y volcanes, México tiene todavía grandes yacimientos de mármol y granito, roca de cuarzo, procedente de las erupciones. Querétaro, por ejemplo, destaca en el trabajo del mármol. El mismo material sirve en Tlaxcala para hacer filtros y en Hidalgo, comales y metates, al parecer, idénticos a los que hubieron sido empleados en la antigüedad.

Metales

Desde la época colonial, la platería mexicana ha llegado a todo el mundo. Taxco ha sido uno de los grandes centros nacionales e internacionales de este arte, y la calidad de sus productos no necesitan reiteración. Respecto al oro, se ha encontrado en los maestros oaxaqueños dignos herederos de los artífices de Monte Albán, que han sabido aprovechar las enseñanzas  antiquísimas. Ahí mismo, en Oaxaca, se hacen de hierro algunas excelentes obras de cuchillería. El bronce permite fabricar en Hidalgo campanas y cafeteras. El alambre, hilo de metal, es en punto de partida para elaborar en el Estado de México sorprendentes jaulas y máscaras. La mano maestra sabe imprimir a la materia más resistente la ductilidad del barro y de la cera.
Madera

En el arte popular en todo el mundo, la madera es tan importante como el barro. Los usos artísticos de la madera son casi infinitos: el violín, la figura en aguacatillo, el retablo al óleo, la estatuilla de un santo, las tallas de Oaxaca y Querétaro, los bastones de Tlaxcala. Dos sobresalen entre todos los empleos de la madera: las máscaras ceremoniales y decorativas, las cajas y los baúles laqueados en Guerrero.
Este patrimonio nacional es un tesoro para toda la humanidad. No hay material que el arte popular mexicano no pueda hacer expresivo: desde los antiguos y los más tradicionales hasta los más recientes, como el mandil de terciopelo, las blusas y manteles hecho con telas industriales , cada creación artística indígena se dignifica y se mexicaniza.



El futuro del arte mesoamericano

Diversas creaciones de las culturas mesoamericanas, aún existen en la actualidad y son parte de nuestra cultura; es decir, forman parte del legado cultural de los pueblos mesoamericanos. Este legado podemos observarlo en la música, la alimentación, el idioma, el arte, la arquitectura, las formas de organización social, los conocimientos médicos, las técnicas de cultivo, todos estos elementos culturales fueron influidos por la herencia de los pueblos mesoamericanos. Otros ejemplos del legado cultural mesoamericano son las lenguas indígenas, el empleo de hierbas medicinales para curar enfermedades, las formas, los materiales y las técnicas de construcción, algunas prendas de vestir, todos estos elementos forman parte de la cultura mexicana actual. Los indígenas han sabido formar parte de los cambios que vive el país, conservando sus sistemas de gobierno tradicionales, sus formas de vida, su religión y su lengua, esto sucede incluso entre aquellos que se trasladan a las ciudades en busca de mejorar sus condiciones de vida. En estas comunidades México tiene uno de los pilares de su identidad cultural y grandeza. Por eso, conocer su historia y conocimientos resulta fundamental para construir un país con mayores oportunidades para todos. Un medio de este conocimiento son los cantos, poesías, relatos, mitos y cuentos en las distintas lenguas indígenas que se han producido a lo largo del tiempo.
El pasado de Mesoamérica no se quedó estancado, aún lo seguimos recordando y lo seguiremos porque si lo vemos de esta forma, la humanidad se encuentra en las caritas sonrientes, en la felicidad y los juegos de las figuras humanoides, algunos que parecen que son unos luchadores, con riesgo y gran habilidad; la humanidad se encuentra en la delicadeza, la distinción, el estilo y todos los caracteres de la vida diaria que se han reflejado a lo largo de los años. La belleza de este arte y diseños de quien fueron hechos se encuentra conservada en los objetos delicados como la cerámica, los utensilios, los vasos y las representaciones de los pájaros y los animales. 

La figura de jaguar se vea lo ancho y largo del México indígena junto con los sentidos ocultos de los murciélagos zapotecas, los chapulines aztecas, todo representa la permanencia de la cultura popular, hasta este momento y no importa cuánto tiempo esté atrás, hoy podemos encontrar las maravillas arqueológicas, cuando miramos los grandes monumentos del pasado indígena, también en la producción incesante de sus artesanos.

Ésta es la respuesta del poder de los dioses, los valores de la comunidad, el amor a la tierra, la naturaleza, el trabajo y el respeto, incluso cuando sus ciudades misteriosamente desparecieron pero no por completo, sobrevivió con más misterio su arte y éste se quedará para toda la vida a pesar de que no sea un arte popular o humanista el arte de Mesoamérica a lo largo de los siglos se seguirá manteniendo, como   una celebración asombrosa y sobrenatural de lo divino, del tiempo y la muerte, despertando en cada uno de nosotros melancolía, amor alegría y asombro que el arte mesoamericano nos ofrece.­­
El desarrollo de los pueblos indígenas actuales, al menos en el aspecto cultural y artístico, presenta un buen panorama frente a la extenuante globalización que vivimos en este siglo. Las obras literarias, obras bilingües en lenguas maya, zapoteca del Istmo, tzotzil y totonaca; que tienen como propósito dar a conocer y difundir la literatura de escritores indígenas, quienes con su apasionada poesía, crean universos y múltiples imágenes que sólo se pueden concebir con su idioma y su cultura.


Estos autores, jóvenes que no tienen miedo ni pena de sus raíces, y se enorgullecen de su cultura, son Briceida Cuevas Cob con su libro Del dobladillo de mi ropa, originaria de Tepakán, Calkiní, Campeche, hablante de maya; Irma Pineda Santiago con su título De la casa del ombligo a las nueve cuartas y Esteban Ríos Cruz con Palabras germinadas, ambos de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, hablan zapoteco; Ruperta Bautista Vázquez con Eclipse en la madre tierra”, originaria de Hueyzacatlán, hoy San Cristóbal de las Casas, Chiapas, hablante de tzotzil, y Manuel Espinosa Sainos, de Ixtepec, Puebla, que habla la lengua totonaca, con su producción Cantan los totonacos.”



Es gracias al Programa Fomento y Desarrollo de las Culturas Indígenas, de la Comisión para el Desarrollo de los pueblos indígenas, y al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) que esta y otras formas de promover el arte y cultura pueden sustentarse, y fomentan su existencia futura, que la música de ceremonias y rituales persiste, que se pueden exhibir piezas artísticas mexicanas, no sólo en museos mexicanos, sino también que se reconoce la cultura en el resto del mundo, como el vehículo adornado por ocho indígenas huicholes con más de 2 millones de chaquiras, tela y pintura y al que dedicaron más de 9 mil horas, que fue presentado en Alemania, y que los ganadores de la Primera Bienal Continental de Artes Indígenas Contemporáneas fueran dos fotógrafos mexicanos, y que la mexicana Yolanda Cruz hiciera un documental sobre el arte indígena mexicano. Es el futuro del arte indígena mexicano, somos quienes pueden celebrarlo y recrearlo, para que lo disfrutemos como hace miles de años nuestros antepasados, para que lo disfruten dentro de muchos años nuestros hijos.


Conclusión

De esta y de muchas formas más  podemos observar que el arte influye de manera implícita. No solo en la cultura Olmeca, o azteca, sino también en todas las  culturas mesoamericanas podemos ver por lo prestigios que nos dejaron como evidencia , la forma de vida que llevaban y la forma de ver el arte para ellos.
Vemos como los diferentes materiales como la cerámica, el barro, la piedra entre otros los ocupaban para expresar su creencias, así también como sus mitos que los ayudaba a situarse en una forma de creer y actuar,  aun su música por medio de instrumentos de percusión y viento y aunque son primitivos era la manera de celebrar sus ceremonias.
Por ello es importante recordar y más que recordar valorar de manera madura, lo que nos queda de todo aquello de lo cual nacimos, y cuidar así como rescatar el patrimonio cultural, que es aquello que vale mucho la pena conservar y apoyar.
Tratar con respeto a los grupos indígenas ya que son los que aun sostienen las tradiciones, la cultura que nos identifica como nación, porque es un privilegio contar con grupos étnicos que aun hablan idiomas impresionantes. Apoyemos a los grupos  étnicos, las raíces de nuestra cultura, no sabemos si algún día solo    tendremos q contar lo q existía en estas  nuestras  tierras.
Sintámonos orgullosos de nuestras artes mesoamericanas , de nuestro estado de Veracruz, pues contamos con regiones indígenas , que son de admirar y que debemos conocer, así como no hay que dejar que se extingan , todas nuestras raíces  de las regiones como la huasteca, el totonacapan, sierra de zongolica etc., 

Defendamos nuestro patrimonio cultural y nuestra identidad, nuestras raíces.

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