En conmemoración
del 170 aniversario del Colegio Preparatorio de Xalapa cuna de la cultura, el
arte y conocimiento; así como la casa de grandes mentes y desarrollos a lo
largo de generaciones. Aquí conoceremos no solo la historia de esta histórica
escuela, reforzaremos aquellas raíces que conforman nuestro entorno. También el
rastro que nuestros antepasados han dejado: Hoy en día tenemos testimonios de
su cultura y su grandeza, a través de las ruinas de ciudades ancestrales que
poco a poco nos han ido revelando los secretos mejor guardados.
Porque arte tiene
muchos significados, propósitos y misiones…. Bienvenidos
El arte mesoamericano, una vista al pasado.
En los tiempos de
la conquista española, el soberano azteca Moctezuma II llevaba listas que registraban
los atributos pagados por regiones muy alejadas hacia el norte y el sur desde
los límites del norte bárbaro, hasta Guatemala moderna. Si extendemos dichos
limites a lo largo de sus respectivos grados de latitud, entre los 14° y 21° al
norte, estamos delineando a Mesoamérica, región cultural unificada por el uso
del calendario ritual de 360 días y cuna de las más altas civilizaciones,
durante más de 3000 años, desde 1500 a.C. hasta la llegada de los españoles.
Mesoamérica es un área de gran diversidad climática y topográfica.
Mesoamérica es un área de gran diversidad climática y topográfica.
El tributo rendido
a Moctezuma II abarca desde jaguares, hasta águilas, desde las plumas de aves
exóticas hasta en tesoro y jade, todas materias y recursos procedentes de zonas
ecológicas sumamente variadas.
La mayoría de las
civilizaciones de la antigua Mesoamérica se situaban en las tierras altas o las
bajas, aunque los mayas poblaron ambas.
La civilización más
temprana son los Olmecas que surgieron a orillas de los ríos en el litoral
tropical del Golfo.
La mayor parte del
desarrollo maya también tuvo lugar en las tierras bajas, en condiciones
tropicales que comprendían desde las selvas con lluvias constantes, hasta el
monte bajo de Yucatán, Chiapas, Guatemala y Belice.
El primer hombre
llego al Nuevo Mundo hace unos 20 o 30 mil años.
Algunos pueblos
probablemente penetran en los límites de Mesoamérica 10 000 años más tarde.
Mucho antes que surgiera una gran civilización, el hombre había domesticado el
maíz, el frijol, la calabaza, el jitomate y el chile.
Su cultura comenzó
a desarrollarse. Un tema importante en Mesoamérica son las escenas de
sacrificios, Existen varios tipos pero la más común es cuando la víctima
se colocaba sobre la piedra de sacrificios. Cada extremidad de su cuerpo y
cabeza eran sujetadas por sacerdotes, mientras que otro extraía su corazón para
ofrendarlo a Dios. Estos sacrificios eran importantes en la región ya que los
mexicas se congraciaban con Huitzilopochtli y así aseguraban el movimientos del
sol en el cielo, lo que les proporcionaba todas las riquezas que tenían a su
alrededor. Sabemos actualmente de esto, porque existen muchas representaciones
de estos ritos, en códices y estelas, así daban registro de lo ocurrido.
EL
TEMPLO MAYOR
Los descubrimientos
arqueológicos del templo mayor, han roto silencios de siglos, al recobrar para
el México de hoy los vestigios de la antigua civilización de los Mexicas.
Las recientes
excavaciones le han dado una nueva vida a la conciencia cultural de nuestro
pueblo.
Por la importancia
que este centro religioso tenía entre los mexicas era de esperarse la
existencia de una excepcional abundancia de tesoros, de ofrendas, de objetos y
de riqueza artística.
Las más antiguas
representaciones del templo mayor se encuentran en varios códices, libros de
Náhuatl, transcritos mediante el alfabeto latino.
Los vestigios de
las estructuras edificadas a través del tiempo, quedaron superpuestos junto con
extraordinarias esculturas, bajo relieves, pinturas y toda suerte de ofrendas.
Es probable que la
construcción del templo mayor, se iniciara con el primer soberano Mexica,
Acamapichtli (1376-1396) y la concluyeron su sucesor Huitzihuitl (1396-1416)
OLMECAS
Hacia 1500 a.C. una
densa población y eficaces técnicos agrarios dieron origen en la costa del
Golfo a esta importante civilización.
Erigieron centros
de población importantes a lo largo de las fértiles tierras bajas, atravesadas
por abundantes ríos, de lo que hoy son Veracruz y Tabasco.
El arte y la
arquitectura de los centros ceremoniales muestran claramente que la
estratificación social había avanzado lo suficiente para que se pusiera un
significativo énfasis en la conmemoración monumental de ciertos individuos,
señaladamente en forma de cabezas gigantes.
Es posible presumir
que muchos elementos importantes del arte y arquitectura mesoamericana sean
origen de los Olmecas: la construcción de pirámides, el arte de retratos y la
fabricación de espejos.
Uno de los primeros
objetos Olmecas de importancia que llamaría la atención en los tiempos modernos
fue el Hacha de Kunz que está hecha de un precioso jade traslucido verde
azuloso.
En el año 900 a.C.
nos 300 años después de la fundación de San Lorenzo unas esculturas monumentales
fueron enterradas en forma sistemática a lo largo del arrugado perfil de la
construcción de tierra y muchas de sus obras soberbias encontraron una muerte
ritual.
Entre las antiguas
esculturas Olmecas que recibieron este trato hay obras magistrales que
representan a los personajes humanos y a las deidades
Hasta la fecha se
han encontrado 10 cabezas gigantes en San Lorenzo.
Cabe destacar, que
a pesar de que fueron civilizaciones, que destacaron de manera impactante a
quienes trataron de conquistarlas, muchos de los registros se perdieron con la
conquista española, sin embargo, conservamos aún, parte importante de sus más
grandes obras arquitectónicas, de cerámica, de piedras preciosas, etc. Arte que
se rescatará y seguirá cultivando, hasta nuestros días.
Arte mesoamericano, hoy en día
El arte popular
mexicano se reafirma día a día como un valor indispensable de nuestra cultura,
no sólo de manera clásica artesanal, también con artistas contemporáneos que
nos hablan de su historia con formas, colores, lenguaje y materia.
Nuestros artesanos
mexicanos, de aguda percepción y profundo sentimiento estético, realizan sus
trabajos manuales con técnica y calma, sus manos, con dotes naturales, les
permiten trasformar la materia más simple en auténticas obras de arte. Desde su
origen, el arte popular ha estado vinculado con el espíritu ritual de nuestro
pueblo que en palabras del escritor mexicano Octavio Paz, beneficia nuestra
imaginación, tanto como a nuestra sensibilidad; siempre afinadas y despiertas.
A finales del siglo
XX, el arte popular mexicano, a pesar de los desplomes del mercado y a la falta
de promoción, sigue deslumbrándonos con su poder de fantasía y representación
de una cultura ancestral.
Color y Forma
El hombre animó a la materia en más de
un sentido, la llevó más allá de su naturaleza, la trasformó. Así nació el
hombre creador, comenzando por imitar la realidad que lo rodeaba y acabó por
inventar otras realidades al copiar también su mundo interior: el de su
soledad, penas, alegrías, sueños y pesadillas. Los objetos que trasformaron sus
manos, están llenos de historia, con propósitos utilitarios, simbólicos y
artísticos.
Cuando empezó a
dominar el color, se dio cuenta que podía incorporarlos a sus vestidos, a los
muros de sus cuevas, a sus muebles, vasijas, esculturas, imágenes, objetos
religiosos, los papiros, los papeles, lienzos y con ellos las formas
multiplicaron al infinito su abanico de belleza.
El nacimiento y
desarrollo de cada artesanía del mundo, sus formas, sus colores, fueron
determinados por la riqueza o la pobreza del medio ambiente, y el caso de las
mexicanas no es excepción, pues es producto de un proceso de mestizaje, no sólo
largo y complejo, prodigioso también.
El arte es la
trasformación de la materia, el ser humano toma lo que necesitas de la
diversidad del mundo para dar forma a lo que inventa su imaginación ilimitada.
Cada artista le
imprime su marca, reúnen lo más antiguo y lo más nuevo, lo más autóctono y lo
más extranjero, al hacer de sus obras parte de nuestro entorno y nuestra
cotidianidad, haciendo de lo ajeno algo propio, incorporándose a la riqueza
cultural de la región y del país.
No hay pueblo sin
arte, ya que no existen grupos humanos que no sean capaces de crear obras
admirables.
La pintura moderna
nace en buena parte del encuentro europeo, a principios del siglo, con los
productos de la imaginación africana. En México los retablos y los grabados
populares alimentan el muralismo.
La llamada alta
cultura y la cultura popular se enriquecen mutua y constantemente. Existe el
artesano que emplea meses y meses en terminar una obra que no firmará ni
volverá a ver cuando se desprenda de ella a cambio de un pago mínimo, en
cambio, los pintores, con grandes exposiciones y libros hacen una obra
artística al día que venden en miles de millones de dólares.
Es una de
las materias más primordiales y de producción más original en todos los pueblos
y culturas. Es un medio de expresión del alfarero que moldea en una figura. En
sentido religioso, es usado para simbolizar la relación de Dios con la creación
del hombre, que lo formó del polvo de la tierra y alentó en él el soplo de
vida; la naturaleza imita al arte y el arte imita a la naturaleza. Tiene como
utilidad, embellecer lo cotidiano.
El bejuco,
carrizo, palma, paja
Existe en México
muchos géneros de la planta trepadora que designamos con el nombre común de
bejuco. Sus tallos leñosos sirven para techar cabañas a todo lo largo del
territorio nacional. También se emplean para hacer cordeles y en remedios
populares. Uno de los innumerables usos del carrizo se encuentra en Tlacotalpan
para atrapar tortugas. Indígenas y campesinos lo han utilizado en la
construcción de sus habitaciones, así como para hacer escobas y cestas. Algunas
son tan bellas y célebres como las del carrizo, entretejido y entintado que se
hace en San Mateo. A la extrema pobreza responde un arte
que hoy llamaríamos minimalista. Con los más simples materiales se logran
trabajos de delicada belleza. En Veracruz se decoran con fibra de palma,
con plumas y listones, los sombreros ceremoniales para la fiesta del volador de
Papantla.
Cera
El trabajo de los
artistas de la cera, por ejemplo en el estado de Morelos, es producir cirios y
velones decorados; perfecciones efímeras que se derretirán bajo el fuego, para cumplir
la función espiritual del humo, que en todas las culturas que preservan las
creencias de su cultura, consisten en elevar la plegarias y lamentaciones de
aquí abajo a las divinidades de allá arriba.
Lana
En la era de la cultura de masas y las
comunicaciones instantáneas, los artistas populares siguen transformando en
cosa propia lo que llega de afuera. Una muestra de sus capacidades de
asimilación, apropiación y transformación es la manera en que desde un
principio mexicanizaron, por así decirlo, la lana. Sarapes, cobijas, rebozos,
tapices, tapetes y bordados como los que se elaboran en el Estado de
México, Tlaxcala, Guerrero y Querétaro, están a la altura de lo que se teje en
oriente siguiendo tradiciones milenarias.
Mármol y granito
País de montañas y
volcanes, México tiene todavía grandes yacimientos de mármol y granito, roca de
cuarzo, procedente de las erupciones. Querétaro, por ejemplo, destaca en el
trabajo del mármol. El mismo material sirve en Tlaxcala para hacer filtros y en
Hidalgo, comales y metates, al parecer, idénticos a los que hubieron sido
empleados en la antigüedad.
Metales
Desde la época
colonial, la platería mexicana ha llegado a todo el mundo. Taxco ha sido uno de
los grandes centros nacionales e internacionales de este arte, y la calidad de
sus productos no necesitan reiteración. Respecto al
oro, se ha encontrado en los maestros oaxaqueños dignos herederos de los
artífices de Monte Albán, que han sabido aprovechar las enseñanzas antiquísimas. Ahí mismo, en Oaxaca, se
hacen de hierro algunas excelentes obras de cuchillería. El bronce permite
fabricar en Hidalgo campanas y cafeteras. El alambre, hilo de metal, es en
punto de partida para elaborar en el Estado de México sorprendentes jaulas y
máscaras. La mano maestra sabe imprimir a la materia más resistente la
ductilidad del barro y de la cera.
Madera
En el arte popular
en todo el mundo, la madera es tan importante como el barro. Los usos
artísticos de la madera son casi infinitos: el violín, la figura en
aguacatillo, el retablo al óleo, la estatuilla de un santo, las tallas de
Oaxaca y Querétaro, los bastones de Tlaxcala. Dos sobresalen entre todos los
empleos de la madera: las máscaras ceremoniales y decorativas, las cajas y los
baúles laqueados en Guerrero.
Este patrimonio
nacional es un tesoro para toda la humanidad. No hay material que el arte
popular mexicano no pueda hacer expresivo: desde los antiguos y los más
tradicionales hasta los más recientes, como el mandil de terciopelo, las blusas
y manteles hecho con telas industriales , cada creación artística indígena se
dignifica y se mexicaniza.
El futuro del arte mesoamericano
Diversas
creaciones de las culturas mesoamericanas, aún existen en la actualidad y son
parte de nuestra cultura; es decir, forman parte del legado cultural de los
pueblos mesoamericanos. Este legado podemos observarlo en la música, la
alimentación, el idioma, el arte, la arquitectura, las formas de organización
social, los conocimientos médicos, las técnicas de cultivo, todos estos
elementos culturales fueron influidos por la herencia de los pueblos
mesoamericanos. Otros ejemplos del
legado cultural mesoamericano son las lenguas indígenas, el empleo
de hierbas medicinales para curar enfermedades, las formas, los materiales y
las técnicas de construcción, algunas prendas de vestir, todos estos elementos
forman parte de la cultura mexicana actual. Los indígenas han sabido formar
parte de los cambios que vive el país, conservando sus sistemas de gobierno
tradicionales, sus formas de vida, su religión y su lengua, esto sucede incluso
entre aquellos que se trasladan a las ciudades en busca de mejorar sus
condiciones de vida. En estas comunidades México tiene uno de los pilares de su
identidad cultural y grandeza. Por eso, conocer su historia y conocimientos
resulta fundamental para construir un país con mayores oportunidades para
todos. Un medio de este conocimiento son los cantos, poesías, relatos, mitos y
cuentos en las distintas lenguas indígenas que se han producido a lo largo del
tiempo.
El pasado de
Mesoamérica no se quedó estancado, aún lo seguimos recordando y lo seguiremos
porque si lo vemos de esta forma, la humanidad se encuentra en las caritas
sonrientes, en la felicidad y los juegos de las
figuras humanoides, algunos que parecen que son unos luchadores, con riesgo y gran
habilidad; la humanidad se encuentra en la delicadeza, la distinción,
el estilo y todos los caracteres de la vida diaria que se han reflejado a lo
largo de los años. La belleza de este arte y diseños de quien fueron hechos se
encuentra conservada en los objetos delicados como la cerámica, los utensilios,
los vasos y las representaciones de los pájaros y los animales.
La figura de jaguar
se vea lo ancho y largo del México indígena junto con los sentidos ocultos de
los murciélagos zapotecas, los chapulines aztecas, todo representa la
permanencia de la cultura popular, hasta este momento y no importa cuánto
tiempo esté atrás, hoy podemos encontrar las maravillas arqueológicas, cuando
miramos los grandes monumentos del pasado indígena, también en la producción
incesante de sus artesanos.
Ésta es la
respuesta del poder de los dioses, los valores de la comunidad, el amor a la
tierra, la naturaleza, el trabajo y el respeto, incluso cuando sus ciudades
misteriosamente desparecieron pero no por completo, sobrevivió con más misterio
su arte y éste se quedará para toda la vida a pesar de que no sea un arte
popular o humanista el arte de Mesoamérica a lo largo de los siglos se seguirá
manteniendo, como una celebración asombrosa y sobrenatural de
lo divino, del tiempo y la muerte, despertando en cada uno de nosotros
melancolía, amor alegría y asombro que el arte mesoamericano nos ofrece.
El desarrollo de
los pueblos indígenas actuales, al menos en el aspecto cultural y artístico,
presenta un buen panorama frente a la extenuante globalización que vivimos en
este siglo. Las obras literarias, obras bilingües en lenguas maya, zapoteca del
Istmo, tzotzil y totonaca; que tienen como propósito dar a conocer y difundir
la literatura de escritores indígenas, quienes con su apasionada poesía, crean
universos y múltiples imágenes que sólo se pueden concebir con su idioma y su
cultura.
Estos autores,
jóvenes que no tienen miedo ni pena de sus raíces, y se enorgullecen de su
cultura, son Briceida Cuevas Cob con su libro “Del dobladillo de mi ropa”,
originaria de Tepakán, Calkiní, Campeche, hablante de maya; Irma Pineda
Santiago con su título “De la casa del ombligo a las nueve
cuartas” y Esteban Ríos
Cruz con “Palabras germinadas”, ambos de
Juchitán de Zaragoza, Oaxaca, hablan zapoteco; Ruperta Bautista Vázquez con “Eclipse en la madre tierra”,
originaria de Hueyzacatlán, hoy San Cristóbal de las Casas, Chiapas, hablante
de tzotzil, y Manuel Espinosa Sainos, de Ixtepec, Puebla, que habla la lengua
totonaca, con su producción “Cantan los totonacos.”
Es gracias al
Programa Fomento y Desarrollo de las Culturas Indígenas, de la Comisión para el
Desarrollo de los pueblos indígenas, y al Consejo Nacional para la Cultura y
las Artes (Conaculta) que esta y otras formas de promover el arte y cultura
pueden sustentarse, y fomentan su existencia futura, que la música de
ceremonias y rituales persiste, que se pueden exhibir piezas artísticas
mexicanas, no sólo en museos mexicanos, sino también que se reconoce la cultura
en el resto del mundo, como el vehículo adornado por ocho indígenas huicholes
con más de 2 millones de chaquiras, tela y pintura y al que dedicaron más de 9
mil horas, que fue presentado en Alemania, y que los ganadores de la Primera
Bienal Continental de Artes Indígenas Contemporáneas fueran dos fotógrafos
mexicanos, y que la mexicana Yolanda Cruz hiciera un documental sobre el arte
indígena mexicano. Es el futuro del arte indígena mexicano, somos quienes
pueden celebrarlo y recrearlo, para que lo disfrutemos como hace miles de años
nuestros antepasados, para que lo disfruten dentro de muchos años nuestros
hijos.
Conclusión
De esta y de muchas formas más podemos observar que el arte
influye de manera implícita. No solo en la cultura Olmeca, o azteca, sino
también en todas las culturas
mesoamericanas podemos ver por lo prestigios que nos dejaron como evidencia ,
la forma de vida que llevaban y la forma de ver el arte para ellos.
Vemos como los diferentes materiales como la cerámica, el barro,
la piedra entre otros los ocupaban para expresar su creencias, así también como
sus mitos que los ayudaba a situarse en una forma de creer y actuar, aun
su música por medio de instrumentos de percusión y viento y aunque son
primitivos era la manera de celebrar sus ceremonias.
Por ello es importante recordar y más que recordar valorar de
manera madura, lo que nos queda de todo aquello de lo cual nacimos, y cuidar
así como rescatar el patrimonio cultural, que es aquello que vale mucho la pena
conservar y apoyar.
Tratar con respeto a los grupos indígenas ya que son los que aun
sostienen las tradiciones, la cultura que nos identifica como nación, porque es
un privilegio contar con grupos étnicos que aun hablan idiomas impresionantes.
Apoyemos a los grupos étnicos,
las raíces de nuestra cultura, no sabemos si algún día solo tendremos q contar lo q existía en
estas nuestras tierras.
Sintámonos orgullosos de nuestras artes mesoamericanas , de
nuestro estado de Veracruz, pues contamos con regiones indígenas , que son de
admirar y que debemos conocer, así como no hay que dejar que se extingan ,
todas nuestras raíces de
las regiones como la huasteca, el totonacapan, sierra de zongolica etc.,
Defendamos nuestro patrimonio cultural y nuestra identidad,
nuestras raíces.
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